Ahora parece que hay “una fiebre” de nuevas tecnologías aplicadas a los museos. Se presentan todo tipo de novedades.
Este artículo no pretende sentar cátedra, pero sí bajar un poco a la realidad, contar los factores en contra y a favor. Nos basamos en nuestra experiencia, nuestra formación en temas informáticos, en nuestras conversaciones con los expertos de museos, instituciones públicas y con los visitantes, esto no es un sesudo estudio con gráficas y diagramas. Tomadlo como una opinión.
No negamos la utilidad de las tecnologías que comentamos, de lo que dudamos es de su uso masivo.
Al final se impondrá lo que los ciudadanos demanden, nunca lo que pensemos nosotros.
El marketing en museos
La mercadotecnia (marketing) es fundamental a la hora de vender un producto, eso está claro, el problema de esto es cuando se hace que se pierda el norte y no nos preguntemos si de verdad el producto hace lo que dice que hace, si lo hace bien y si los visitantes de los museos lo usan.
Nos han metido por los ojos (y nunca mejor dicho) las famosas Google Glass. Los vídeos son impresionantes, las posibilidades infinitas,… y las ganas de que sea una realidad enormes. De momento los estadounidenses podrán comprar la versión Beta por 1500 dólares.
El pero está en que su funcionamiento va a ser muy complicado. Depende de un montón de factores que hoy en día no controlamos. Los técnicos comentan que hoy en día es ciencia ficción pese a su reciente lanzamiento.
Es lo mismo que el famoso SIRI, es decir, el poder hablar al móvil y que haga cosas en función de lo que le dices. Pues por nuestra experiencia va mal. La mayoría de gente dice que es estupendo, pero… no lo usa o no lo ha usado nunca, eso sí, ha leído que va genial (marketing en vena). Esto no es una opinión categórica, el mejor ejemplo del rechazo de hablar con máquinas lo tenemos en sus resultado en la atención al cliente.
Los que las han “catado” dicen que la batería dura poquísimo y que precisa tener un móvil Android en el bolsillo (de hecho lo que se ve es lo que aparece en la pantalla del móvil).
Si ya reflexionamos un poco más, el ser humano se cree capaz de hacer todo, de saltar todas y cada una de las barreras, pero no es cierto. Algunas costará mucho el saltarlas o no se saltarán nunca. Los text to speech (TTS) es un buen ejemplo, llevan más de medio siglo mejorándolo pero aún se sigue notando que lo dice una máquina.
Si todo el mundo irá por la calle con las Glass como ahora los móviles no lo sabemos.
Los códigos QR
Los códigos bidimensionales están poco a poco llenando nuestra vida diaria, pero,… ¿realmente la gente los usa?
Pese a los estudios publicados nosotros preguntamos y repreguntamos a todo el mundo y son muy pocos los que los usan. Eso sí “viste mucho” el tenerlos en tarjetas, web, folletos, etc.
A menos que se planteen como una promoción, un juego o no quede más remedio que escanearlo por algún motivo no parece que su utilidad sea masiva.
Para colmo cuando se redirige a una web ésta no está adaptada para dispositivos móviles. Craso error.
Inconvenientes:
- Hay que tener una aplicación específica que en la gran mayoría de teléfonos no viene instalada de serie.
- La incertidumbre es grande: ¿nos llevará a un video? ¿a una web? ¿a una foto? ¿a una descarga? Hay que incluir un texto que diga a donde nos va a llevar.
- Hay que ir abrir la app, darle a un botón para escanear, esperar a que lo reconozca, que abra un navegador y que finalmente veamos el contenido. Resultado: demasiados pasos.
- Otra cosa es la tecnología NFC, pero su desarrollo en los móviles está por hacer e incorporar a todos.
- En lugares históricos la aparición de estos códigos en fachadas hace que la estética sufra.
Ventajas:
- Para dirección web muy complicadas, catálogos, formar parte de un juego creemos, pueden tener aplicación.
- Dan idea de modernidad.
- Es posible hacerlo a un precio muy económico, aquí tenéis un ejemplo, Generador gratuito de códigos QR.
La realidad aumentada
Parece que será eternamente el futuro, y que todo va a pasar por ahí, pero lo cierto y verdad es que tiene graves problemas a la hora de usarse desde un móvil o tableta.
No posiciona con exactitud a menos que estemos en un lugar muy acotado. Depende del GPS y la precisión de este sistema no es más o menos 1 metro, sino más menos 5 metros en los mejores casos. En ciudad podría valer, pero dentro de un museo se antoja harto complicado.
Además se une otro factor, estar todo el tiempo con los brazos hacia el frente cansa. Puede pasar lo mismo que sucedió con las primeras pantallas táctiles de ordenador. Entonces alguien afirmó: el ratón ha muerto. Y… a la gente le dolían los brazos y prefería el ratón.
Artículo en inglés que explica lo que se afirmaba sobre el ratón
Telefonillos de audioguía
Estos aparatos jugaron su papel hace unos años pero hoy en día empiezan a no tener sentido. Muchos museos cuentan con ellos, en muchos casos como parte de intentar financiar la institución.
Inconvenientes:
- Necesitan renovaciones periódicas
- La gente los maltrata
- Precisan de un control para dispensarlos y de depósito
- Higiene: algunas personas no quieren usar algo que se ha puesto otro en la oreja
- Sitio para cajones de baterías
- Son finitos.
Ventajas:
- Muchos visitantes están acostumbrados a ellos y buscan este servicio en los museos.
- Los museos con mucho público pueden ganar algo de dinero con esto.
En nuestra opinión desaparecerán ya que todo se está concentrando en los teléfonos móviles y al final les pasarán con a los navegadores del coche externos: muy poca gente los compra ya.
Conclusiones
Es positivo que se incorpore la tecnología a los museos, que se pueda hacer más fácil la visita y que incluso pueda ayudar a las personas con discapacidad.
Lo que no vemos bien es que se venda humo, que se invierta dinero (en su mayoría público) y tiempo en cosas de dudoso uso por parte de los visitantes. Solamente pedimos que se sea crítico y que se ponga en duda todo lo que aparece de forma onírica en vídeos.
En posteriores artículos hablaremos de algo que seguro que habéis echado de menos aquí: las aplicaciones para museos.
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