Es increíble la atracción que generalmente captan aquellas esculturas sorprendentemente grandes, o mejor dicho, las que representan objetos de la realidad a un tamaño mayor de lo habitual.
Esto no es una novedad actual, sino que ya en la antigüedad se construían grandes esculturas, desde el Coloso de Rodas, pasando por la esfinge del Cairo y terminando por el Coloso que representaba a Nerón en Roma, que estuvo muy cerca del Coliseo.
Hoy en día tenemos conocidísimas referencias como la estatua de la Libertad y algunos artistas trabajan en estos grandes formatos, eso sí, con una variedad de materiales mucho mayor que el que se conocía.
Incluso existen esculturas colosales efímeras, como son las Fallas que se realizan en el Levante español.
Tal vez sea para decirnos a nosotros mismos de lo que somos capaces, o un deseo de que todo el mundo pueda ver la obra desde mucha distancia, o que lo grande nos ha parecido siempre mejor opción, no sabemos qué razones hay. Lo que está claro es que a nadie dejan indiferentes estas obras.
Esculturas colosales ayer
La Gran esfinge de Guiza es un referente de escultura colosal que ha llegado hasta nuestros días.
Fue esculpida en un montículo natural de roca caliza y mide casi 20 metros. Se cree que la cabeza podría representar al faraón Kefrén, pero es algo discutido y difícil de determinar. El cuerpo es de un león y sabemos que estuvo pintado en vivos colores.
Las esfinges fueron ideadas por los antiguos egipcios y formaban parte de su mitología.
Si ahora nos trasladamos al Renacimiento nos toparemos con una de las esculturas colosales que nos han llegado completas: el David, esculpido por Miguel Ángel. Su historia comienza en 1501, cuando los capataces de la Opera del Duomo, oficina de trabajos de la Catedral de Florencia, plantearon la construcción
de doce grandes esculturas de personajes del Antiguo Testamento. Se deberían colocar sobre los contrafuertes del ábside de Santa María del Fiore. Antes del David, sólo dos de estas esculturas habían sido construidas, una de ellas por Donatello y la otra por su discípulo Agostino di Duccio.
Podemos encontrar la original en la Galería de la Academia y una copia colocada en la Piazza della Signoria.
Esculturas colosales hoy
Florentijn Hofman es uno de artistas más conocidos sobre todo por la obra “pato de goma”. El artista holandés declara que su proyecto es llevar la alegría a todo el mundo mediante este pato hinchable de caucho. En realidad, son varios patos de tamaños diferentes y han recorrido muchas ciudades del mundo.
Ron Mueck tiene una gran muestra itinerante con varias esculturas hiperrealistas que sin duda sobrecogen a quién las contempla. En este caso hay varias de gran tamaño, pero también en otras escalas.
El artista modela la escultura en arcilla, después obtiene un molde de yeso y sustituye la arcilla por una mezcla de fibra de vidrio, silicona y resina.
Las playas también tienen espacio para las esculturas colosales y no sólo para las toallas. Jeremy Parnell instaló una escultura de fibra de vidrio en la playa de Tamarama de Sydney.
En Italia encontramos en el interior de una antigua iglesia de la ciudad de Foligno la obra “Calamita Cósmica”, de Gino De Dominicis, ya fallecido.
De algunas de estas esculturas que citamos en el artículo podéis encontrar su audioguía con la explicación completa.
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